Juego benéfico acaba en mortal balacera

El Nuevo Día
Puerto Rico


Un partido de softball con el que una comunidad buscaba ayudar a salvar la vida de un enfermo, se convirtió anoche en todo lo contrario cuando desconocidos abrieron fuego frente al parque de pelota de la urbanización Jaime C. Rodríguez, en Yabucoa, con el saldo de un hombre muerto y seis personas heridas, entre ellas una niña de 10 años.

Al cierre de esta edición, la Policía buscaba una identificación oficial de la víctima, quien resultó con seis heridas de bala. Su cadáver yacía junto a un auto Yaris, informó el teniente coronel Carlos Colón Alsina, quien solo adelantó que el occiso era de Yabucoa. Según el oficial, eran cerca de las 7:40 p.m. y en el parque varios ciudadanos mostraban sus habilidades deportivas en busca de recaudar fondos para el tratamiento de un paciente de cáncer, cuando desconocidos abrieron fuego. Entre los seis heridos, había tres varones y tres féminas, incluida la niña, quien resultó con un balazo con salida en la mejilla. Colón Alsina precisó que la menor estaba estable. Las otras dos mujeres heridas no corrieron igual suerte, y anoche permanecían en condición de gravedad “pero estables”. Ninguno de los heridos tenía relación con el asesinado, dijo Colón Alsina. “Esto estaba lleno de gente”, agregó. Esta fue solo una de las 14 muertes a balazos registradas entre la noche del viernes y el cierre de esta edición, y que elevaron la cifra de asesinatos a 950, o sea 151 más que en el 2010 para esta fecha. Ayer, a eso de las 6:30 p.m., en la carretera PR-174 de Aguas Buenas, se reportó un doble asesinato. Una de las víctimas murió dentro de un auto y la otra en el CDT del pueblo. Ninguna había sido identificada. Otro caído del fin de semana fue Reinaldo Santos, un querido guardia de seguridad que desde hace un año trabajaba en Chuito Cash and Carry, en Cidra. Según la investigación, un encapuchado entró al colmado a las 7:00 p.m. del sábado, anunció el asalto y ultimó a Santos de varios balazos. El agente José Figueroa adelantó que se sospecha que el móvil era robo, ya que el sujeto le quitó al guardia el arma de fuego. Según testigos, tras el anuncio del asalto, Santos levantó las manos, dijo: “No hay problema, suave, suave” y aun así fue asesinado. Estaba casado, tenía hijos y era vecino del barrio Piñas de Comerío. Mientras, a las 10:30 a.m. de ayer la Policía en Vega Baja dio con el cuerpo de un hombre baleado en la PR-160 del barrio Almirante. La víctima, de unos 30 años, tenía amarres de plástico en las manos, las piernas y la boca. Se encontraron ocho casquillos 9 milímetros en la escena. Horas antes, en el malecón del pueblo de Arroyo, un joven vio cómo mataban a su padre, quien aparentemente intervino en una pelea para defenderlo. La desgracia ocurrió a las 12:50 a.m. de ayer cuando Michael Gutiérrez, de 21 años, recibió un botellazo en la cabeza y su padre, José Gutiérrez Santiesteban intervino y fue ultimado a tiros. Ni el padre ni el hijo habían tenido problemas con la justicia y vivían en la urbanización Parque de Guásimas, en Arroyo. A estos crímenes se unieron el de Natanael Cruz Herrera, alias “Animalito”, de 29 años, ocurrido en Carolina y el de otro individuo ultimado el sábado, a las 11:50 p.m., dentro de un Ford Taurus en Trujillo Alto. Según la Policía, Animalito fue herido mientras conducía por la PR-846 el viernes en la noche y murió el sábado. Era uno de los más buscados en al región de Carolina, por violencia doméstica y Ley de Armas, y era sospechoso de asesinatos. Mientras, el asesinado en Trujillo Alto que no había sido identificado tenía, según la Policía, bolsitas con aparente marihuana.

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