Más refugiados pierden ayuda federal por no ser ciudadanos

ALFONSO CHARDY Joaquín Valdivia, un refugiado cubano discapacitado, dependía de su cheque mensual federal de $674 para pagar el alquiler, la luz, el trasporte y otros gastos necesarios para sobrevivir. Pero el último cheque que recibió fue el de septiembre. Por ahora Valdivia, de 59 años, no tiene idea de cuando el gobierno federal va a reanudarle la ayuda financiera. Valdivia es una de las más recientes “victimas” de una ley federal que prohíbe la entrega de ayuda suplementaria del Seguro Social a discapacitados que no se han hecho ciudadanos dentro de los primeros siete años de haber llegado al país. Casi 1,250 personas han perdido la ayuda en los últimos 12 meses en Florida, la mayoría de ellos cubanos. Una enmienda a la ley que permitía la prolongación de la ayuda a estas personas por dos años más expiró el 30 de septiembre, fecha en que la ayuda, conocida como Supplemental Security Income o SSI, fue suspendida para Valdivia y miles de otros extranjeros. La mayoría de estas personas aún no han podido hacerse ciudadanos ya sea porque no sabían del requisito, no han podido aprender inglés o están muy enfermos para tomar clases para hacerse ciudadano. El caso de Valdivia fue mencionado a El Nuevo Herald por la organización que lo representa en Miami, Americanos Pro Justicia Inmigrante, como parte de una campaña para poner presión al Congreso para que los legisladores federales aprueben otra extensión temporal del SSI, que es administrado por el Seguro Social. Valdivia llegó a Estados Unidos con una visa de refugiado en el 2004 y luego por problemas de salud quedó designado como deshabilitado, clasificación que le ayudó a obtener el SSI. “Mi única alternativa ahora es esperar a ver si logro que me vuelvan a dar la ayuda cuando adquiera la ciudadanía”, dijo Valdivia durante una entrevista en las oficinas de Americanos Pro Justicia Inmigrante, cerca del downtown de Miami. “Mi solicitud de ciudadanía ya está presentada en migración”. Aunque Valdivia presentó la solicitud en agosto, y pidió a las autoridades de inmigración que se la aprueben de manera expedita, el proceso no es lo suficientemente rápido como para que le restauren la ayuda de inmediato. Van a pasar semanas o meses antes de que pueda nacionalizarse. El 14 de octubre tiene cita para que el servicio de inmigración le tome las huellas dactilares, uno de los requisitos para la naturalización. Espera que le den cita para su entrevista de ciudadanía en noviembre o diciembre. Poco después se convertiría en ciudadano en una ceremonia donde juraría lealtad a Estados Unidos. “Espero sea antes de fin de año”, dijo Oscar Alvarez de Americanos Pro Justicia Inmigrante, que ayuda a Valdivia en su caso. En el momento en que obtenga la naturalización, el Seguro Social reanudaría el envío de cheques de SSI a Valdivia, dijo Alvarez. Hasta entonces, dijo Valdivia, va a tener que depender de sus familiares para poder sobrevivir. “Tengo la hija mía mayor, que tiene 22 años, que empezó a trabajar en la oficina de un doctor, y (vamos) más o menos, un poco apretado, pero vamos a ir resolviendo”, dijo Valdivia. Valory Greenfield, abogada del grupo Florida Legal Services (Servicios Legales de Florida), dijo que hay algunos refugiados que han perdido la ayuda SSI y que no tienen familiares, por lo que se encuentran en una situación desesperada, encarando incluso la posibilidad de ser desalojados de sus hogares por no poder pagar el alquiler. Greenfield, que sigue de cerca los esfuerzos en el Congreso de aprobar una extensión de la ayuda, dijo que había un proyecto en el Senado pero que estaba en el aire, mientras que en la Cámara de Representantes se había presentado un proyecto que prolongaría la ayuda por un año más.

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