Alcalde encarcelado


La vista de sentencia contra el
ahora convicto alcalde de Vega Baja,
Edgar Santana, quedó pautada para
el 16 de diciembre
 Por Daniel Rivera Vargas

Lo último que Edgar Santana hizo anoche -antes de que un alguacil lo sacara de la sala en la que resultó culpable de soborno- fue meterse la mano en un bolsillo, sacar su billetera y entregársela a sus padres. El alcalde de Vega Baja lucía sereno, como lo estuvo minutos antes mientras escuchaba el veredicto en cada uno de los 18 cargos por los que fue acusado. Pero su familia lloraba desde su banco de madera. El alguacil se llevó a Santana rumbo a la prisión donde dormiría anoche. “Dios sabe la verdad”, indicó el ahora convicto cuando saludó a su papá Santos, su mamá Ana Delia y su esposa Daneira. “Te amo”, le dijo a su esposa. Un jurado de seis hombres y seis mujeres encontró culpable a Santana en los 18 cargos de soborno en segundo grado que pesaban en su contra. Santana fue acusado de pedir a contratistas $285,000, de los cuales recibió $85,000, a cambio de otorgarles contratos para obras municipales, incluida la privatización del vertedero. Santana enfrenta una pena de entre 8 y 15 años de cárcel por cada cargo. En ninguna de las acusaciones el veredicto fue unánime. Una jurado lloró. Mientras se leía el veredicto de los cargos, Santana tomó asiento y su abogado Harry Padilla le echó el brazo. La jueza Raquel Irlanda le ordenó al alcalde que se pusiera de pie cuando ella oficializó el veredicto. “Se acepta el veredicto por ser conforme a la ley. Lo declaro culpable”, repetía Irlanda tras el veredicto para cada cargo. “En este momento se ordena su ingreso provisional hasta que se dicte la sentencia”, dijo la jueza. La familia del convicto, a la que los alguaciles trataban de acallar, seguía llorando en la sala. “Dios mío. Y a los ladrones los dejaron libres. Tanto criminal en la calle”, afirmó su padre. La vista de sentencia quedó pautada para el 16 de diciembre a las 2 p.m., en parte porque los fiscales especiales independientes (FEI), Manuel Núñez Corrada y Guillermo Garau, tienen en diciembre el juicio contra el exsenador Jorge de Castro Font. El juicio contra Santana comenzó el 27 de septiembre con la selección del jurado, pero la investigación inició a principios del 2009, cuando el gobernador Luis Fortuño recibió una denuncia verbal del contratista Andrés San Miguel y el primer ejecutivo se querelló ante el Departamento de Justicia. “Nadie está por encima de la ley”, expresó anoche Fortuño por escrito, tras la decisión del jurado. Veredicto del pueblo Fuera de la sala, los abogados que llevaron la voz cantante daban sus declaraciones a la prensa, mientras la reacción de los allegados del alcalde se tornaba candente. “El veredicto del jurado es el sentir del pueblo puertorriqueño, que está cansado de la corrupción de funcionarios”, dijo un sonriente Garau. Por su parte, Padilla se expresó sorprendido con el desenlace y aseguró que llegó al tribunal completamente convencido de que había probado la “falsedad” del caso contra su cliente. “Tú sabes que yo soy inocente. Es triste que yo vaya preso siendo inocente”, dijo Padilla que le señaló su cliente. “Realmente yo no esperaba el veredicto. Yo tenía mucha tranquilidad de que, si el veredicto era basado en lo que estaba pasando en sala... es la primera vez que veo que se emite un veredicto de culpa con testigos de cargo tan mendaces, que yo pude contar 68 mentiras”, sostuvo el abogado. Santana apelará el veredicto porque, según Padilla, el jurado cometió un “error craso” al evaluar la prueba. Al fondo de la sala, familiares y allegados de Santana se arremolinaban y lloraban. “Padre Santo, ¿por qué?”, gritó alguien. “¡Justicia!”, gritó otra persona. De repente, los allegados salieron todos en fila hacia los elevadores y algunos lanzaron puños y empujones a los fotoperiodistas que se les acercaron. “¡Desgraciados!”, gritaron mientras entraban al ascensor. El veredicto se emitió luego de tres horas y media de deliberación y de dos semanas de desfile de prueba. Al menos tres testigos declararon que el alcalde les había pedido sobornos a cambio de concederles siete contratos municipales. La defensa trajo testigos que cuestionaron la motivación de los contratistas Andrés San Miguel, Andrés Ramos y José Francisco Virella. Durante la espera por el veredicto, allegados del alcalde hicieron círculos de oración y el padre del alcalde citaba frases bíblicas. Una de las frases era “para los que aman a Dios todas las cosas obran para bien”.El día comenzó con dos informes finales por un periodo de dos horas. En medio de constantes alusiones divinas como “Padre Santo” y “Dios mío” el abogado de defensa atacó la credibilidad de los testigos de cargo y cuestionó el trabajo del FEI.“Papa Dios obra por caminos misteriosos y hoy aquí para el Departamento de Justicia y la Oficina del FEI es un día triste para ambas instituciones”, dijo Padilla en su informe final.Por su parte, Núñez Corrada aludió al trabajo de “los federales” y exhortó al jurado a que “sientan orgullo de que son ustedes los que limpian la casa y no son otros los que la limpian”, concluyó Núñez.“Lo importante no es si las fechas son aproximadas o no. Es si en determinado momento se hace el fajón de dinero y si en determinado momento se le dio dinerito al alcalde”, dijo Garau.“La corrpución es como una plaga. Si no la controlamos nos va a arropar a Puerto Rico”, destacó.

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