La suma del partido de los Hermanos Musulmanes y los salafistas logra una amplia mayoría
Nadie se ha llevado las manos a la cabeza al conocer los resultados difundidos por la agencia oficial de noticias MENA, que dan a los islamistas como ganadores del 60% del Parlamento tras el recuento de la primera vuelta de la ronda inicial de las legislativas. A falta todavía de datos oficiales (la Junta electoral egipcia lleva cuatro días informando con cuentagotas), el Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes y los salafistas de Al Nur, se habrían asegurado la mayoría en el hemiciclo.
El presidente de la Junta electoral, Abdelmoaiz Ibrahim, ha informado del hito que habían logrado los egipcios al acudir en masa a votar. Un 62% de los llamados a las urnas, según sus estimaciones, acudieron a emitir el sufragio el lunes y el martes, en las dos primeras jornadas electorales. Votaron casi 8,5 millones de personas de los más de 13,6 millones de electores que estaban llamadas a las urnas en esta ronda, que se celebró en nueve provincias, entre ellas El Cairo y Alejandría. A parte de eso, a dos días de celebrarse la segunda ronda que se disputará los próximos días 5 y 6 y en la que deben decidirse los asientos que no han alcanzado mayoría suficiente, el presidente de la Junta electoral apenas facilitó unos pocos datos.
De los candidatos que concurren en listas individuales y que formarán un tercio del nuevo Parlamento, solo cuatro han superado el 50% de los votos que les permiten conseguir el escaño sin necesidad de ir a la segunda vuelta. Los liberales se han alegrado de saber que entre ellos se encuentra el politólogo y analista Amr Hamzawy, que representará a la circunscripción cairota de Heliópolis en la Cámara baja. Fuera de la carrera queda Georges Ishak, fundador del movimiento Kifaya (¡Basta!) y un histórico opositor al régimen de Hosni Mubarak.
La victoria de los islamistas contrasta con la derrota de las mujeres que concurrían a esta primera vuelta
La victoria de los islamistas contrasta con la derrota de las mujeres que concurrían a esta primera vuelta. Ninguna de ellas ha logrado el respaldo suficiente para optar a alguno de los 168 asientos en liza de esta primera vuelta, y de los que los islamistas podrían haber logrado al menos 120, según algunos diarios egipcios.
La victoria del PLJ ha sido mayor de la esperada. Sus propios líderes confiaban en hacerse con un 20 o un 30% de los escaños. Aunque ilegales, los Hermanos Musulmanes son la fuerza política mejor organizada en Egipto, y sus candidatos independientes lograron en 2005 hacerse con un quinto de los escaños. Sin embargo pocos esperaban el despegue de los salafistas, que serán la segunda fuerza más votada. Estos han visto su discurso extremista reforzado por su victoria electoral y en los últimos días algunos de sus líderes han manifestado posturas favorables a la instauración de un Estado islámico. Uno de sus dirigentes, Abdel Monem Chahat, ha afirmado que las novelas del escritor egipcio y premio Nobel de literatura Naguib Mahfuz “fomentan el vicio ya que tratan de la prostitución y la droga”. El PLJ ha asegurado que no tiene intención de pactar con los salafistas de Al Nur.
Por detrás de los islamistas estaría el Bloque Egipcio que agrupa a movimientos liberales. La preocupación de parte del sector laico o moderado egipcio surge de la importancia del Parlamento para la elección de la comisión que tendrá que redactar la nueva Constitución.
Los comicios para elegir a los miembros de la Cámara Baja terminarán a mediados de enero, y a partir de entonces comenzarán las votaciones para elegir la Shura (Cámara Alta), que se prolongarán hasta marzo.
Mientras tanto, Kamal Ganzury, el nuevo primer ministro sigue sin formar Gobierno y según han confirmado fuentes oficiales citadas por el diario Al-Ahram el nuevo gabinete no se conocerá hasta finales de esta semana. Ganzury fue nombrado por el mariscal de la Junta militar que gobierna desde la caída de Mubarak, Mohamed Hussein Tantaui , después de la renuncia del Ejecutivo de Essam Sharaf al completo tras la muerte de más de cuarenta manifestantes durante las protestas de la semana previa a las elecciones. Desde el inicio de las mismas el 18 de noviembre la plaza de Tahrir vuelve a estar llena de tiendas de campaña y manifestantes que piden el traspaso del poder a una autoridad civil y la renuncia de Tantaui.
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